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jueves, 8 de septiembre de 2011

La peor forma de Evangelizar

A continuación les muestro un video desde YouTube sobre la peor forma de evangelizar. Espero esta no sea como la tuya. Bendiciones.

domingo, 28 de agosto de 2011

La Oración que causó Controversia

Tal vez quieras leer esta oración que fue hecha en Kansas en la sesión de inauguración de la 'Kansas House of Representatives.' Parece que esta oración molestó a algunas personas. 

Cuando se le pidió al pastor Joe Wright que hiciera oración de apertura en el senado de Kansas , todo el mundo esperaba una oración ordinaria, pero esto no es lo que ellos escucharon:

-Señor, venimos delante de Ti este día, para pedirte perdón y para pedir Tu dirección. 
-Sabemos que Tu Palabra dice: 'Maldición a aquellos que llaman bien lo que está mal' y es exactamente lo que hemos hecho. 
-Hemos perdido el equilibrio espiritual y hemos cambiado nuestros valores. 
-Hemos explotado al pobre y hemos llamado a eso 'suerte'. 
-Hemos recompensado la pereza y la hemos llamado 'ayuda social'. 
-Hemos matado a nuestros hijos que aún no han nacido y lo hemos llamado ''la libre elección' 
-Hemos sido negligentes al disciplinar a nuestros hijos y lo hemos llamado ''desarrollar su autoestima' 
-Hemos abusado del poder y hemos llamado a eso: 'política' 
-Hemos codiciado los bienes de nuestro vecino y a eso lo hemos llamado 'tener ambición' 
-Hemos contaminado las ondas de radio y televisión con mucha grosería y pornografía y lo hemos llamado 'libertad de expresión' 
-Hemos ridiculizado los valores establecidos desde hace mucho tiempo por nuestros ancestros y a esto lo hemos llamado 'obsoleto y pasado' 
-Oh Dios, mira en lo profundo de nuestros corazones; purifícanos y líbranos de nuestros pecados. 
Amén. 

La reacción fue inmediata. Un parlamentario abandonó la sala durante la oración. Tres más criticaron la oración del pastor calificando la oración como 'un mensaje de intolerancia' ' 

Durante las seis semanas siguientes, la iglesia 'Central Christian Church' donde trabaja el pastor Wright recibió más de 5000 llamadas telefónicas de las cuales sólo 47 fueron desfavorables. Esta iglesia recibe ahora peticiones del mundo entero, la India , África, Asia para que el pastor Wright ore por ellos. EL comentarista Paul Harvey difundió esta oración en su emisión de radio ' The Rest of the Story ' (el resto de la historia) y ha recibido una acogida mucho mas favorable por esta emisión, que por cualquier otra. 
Con la ayuda de Dios, quisiéramos que esta oración se derrame sobre nuestra nación, por tanta semejanza con lo que está ocurriendo en Argentina y en el resto de América Latina y que nazca en nuestros corazones el deseo de llegar a ser una ''nación bajo la mirada de Dios' 
Si puedes hacerlo, envía esta oración a tus amigos;en un lapso de 30 días el mundo entero lo habrá leído. Si no tenemos el valor de mantenernos firmes en nuestras convicciones, entonces caeremos delante de cualquier otro argumento, o enemigo. 

La Decisión de Pilato

Escrito por Juan Valles

Pilato estaba acostumbrado que se humillaran frente a él. Solía ver a prisioneros de rodillas clamando misericordia. Ya había tenido suficientes problemas en Palestina. Era el tipo de hombre rudo, con mirada penetrante, investido de autoridad. Sólo duró nueve años ejerciendo sus funciones de procurador. Y un día le pasó lo que a todo mortal ha de pasarle: ante él fue presentado Jesús de Nazaret…

¿Qué ocurrió? La Biblia nos da muestras del diálogo entre Jesús y Pilato. ¿Temor? Jesús no tenía miedo. ¿Angustia? No se vio angustiado. ¿De rodillas? ¡Nunca! Jesús no imploró perdón ni misericordia de Pilato. Y eso sí preocupó al Procurador. Se mantuve firme en todo. Y Pilato tenía todas las de perder, o las de ganar…

Hubo un diálogo. Observe la prepotencia con que hablaba Pilato y la autoridad de las respuestas de Jesús. Pilato dijo: “¿Eres tú el rey de los judíos?” A lo que Jesús respondió: “¿Eso lo dices tú,  o es que otros te han hablado de mí?”

Y Jesús también mostró quién era. Pilato lo mandó a azotar. Con toda la ironía de la tierra trajeron al Salvador con un manto, su piel rasgada por los latigazos, y una corona de espinas. Y luego de ver a una multitud de judíos que pedía juicio, Pilato le habló a Jesús: “¿No te das cuenta de que tengo poder para ponerte en libertad o para mandar que te crucifiquen?” La respuesta del Señor es sorprendente. Cualquiera de nosotros hubiera aprovechado la ocasión para pedir clemencia, misericordia, o mostrar cuánto nos hubiera dolido el castigo. Pero Jesús confrontó a Pilato: “No tendrías ningún poder sobre mí si no se te hubiera dado de arriba”… Yo pregunto: ¿qué hubiera hecho usted si fuera Jesús? ¿Se da cuenta…?

La pregunta clave de este artículo la hizo Pilato, y a través de los siglos muchas personas, de diferentes naciones, credos, lenguas y culturas la han repetido; se encuentra en el evangelio de Marcos, y dice: “¿Y qué voy a hacer con el que ustedes llaman el rey de los judíos?” (15:12). Esta pregunta ha soportado dos mi años de historia. Ha sido predicada siglo tras siglo. Fue pronunciada por Pilato pero es el anónimo grito de la humanidad pecadora: ¿Qué voy a hacer con el rey de los judíos?

Hay dos ejemplos muy claros en la Biblia de lo que s puede hacer con el Rey de los judíos. Uno es el ladrón que yacía crucificado al lado de Jesús. ¿No ha visto su petición? “Jesús,  acuérdate de mí cuando vengas en tu reino” (Lc 23:42). ¿Y quién le dijo a este hombre que Jesús es Rey? No lo sabemos. Podemos creer que lo leyó en el letrero que el mismo Pilato mandó a escribir: “Éste es el Rey de los judíos”. Sea como sea, el hombre creyó que el crucificado a su lado era el Rey que tenía que venir, y su fe fue toda una osadía, un asombros salto a través de la esperanza. Este hombre supo qué hacer con el Rey de los judíos, y recibió su recompensa. Jesús le dijo: “Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso”. ¿Usted ya recibió su recompensa?

El otro ejemplo es Pilato, y su decisión no es precisamente lo que Dios quiere. Pilato quiso estar bien con Dios y con el Diablo. Si le hubiera hecho caso a Jesús hubiera despreciado al mundo y lo que representa, a la voz de la humanidad y del hombre, pero no fue así. Varias veces quiso soltarlo y no pudo. Y Marcos dice que Pilato “quería satisfacer a la multitud” (Mc 15:15). Los judíos lo chantajearon: “Si dejas en libertad a este hombre,  no eres amigo del emperador” (Jn 19:12). Pilato cedió ante las presiones, y perdió a Jesús.

Es triste que dos mil años después de este episodio haya tantos Pilatos por las calles. Están los Pilatos que dicen: “no, no quiero nada con Dios”. Están los Pilatos que prefieren vestirse de Blanco, y con unos collares niegan a Jesucristo para irse con los demonios. Están los Pilatos que siguen a los seres humanos en vez de Dios. Están los Pilatos ahogados por las vanidades de este mundo. Están los Pilatos que no distinguen lo bueno de lo malo. Y no podemos dejar de hablar de los Pilatos que religiosos que ponen su Iglesia por encima de Dios, y sus buenas obras por encima de Jesucristo.

La decisión que tomó Pilato la sigue tomando mucha gente: prefieren lo que digan otros que a Jesús de Nazaret. Y prefieren irse al infierno con tal de vivir a su modo.

No sigas semejante ejemplo.

¡No lo deje solo!

El doctor Wilbur Chapman a menudo contaba de su experiencia cuando fue a Filadelfia como pastor en la iglesia de Wanamaker.

Después de su primer sermón un caballero mayor se encontró con él en el púlpito y dijo: 



«Es usted muy joven para ser pastor de esta iglesia tan grande. Siempre hemos tenido pastores mayores. Me temo que no triunfará. Pero ya que predica el evangelio, le ayudaré en todo lo que pueda».

«Lo miré», dijo el doctor Chapman, «y me dije: ¿Este es un cascarrabias?».

Sin embargo, el caballero continuó diciendo: «Oraré por usted para que reciba el poder del Espíritu Santo; otros dos han acordado en unirse a mí».

Luego, el doctor Chapman contaba los resultados. «No me sentí tan mal cuando supe que iba a orar por mí. Los tres se convirtieron en diez y los diez se convirtieron en veinte; los veinte se convirtieron en cincuenta y los cincuenta en ciento veinte, los cuales se reunían a orar antes de cada culto para que el Espíritu Santo cayera sobre mí. 

En otro salón los dieciocho ancianos se arrodillaban para orar. Estaban tan cerca que podía alcanzarles con mis manos a todo mi alrededor. Siempre llegaba al púlpito sintiendo la unción como respuesta a las oraciones de aquellos doscientos diecinueve hombres.

»Era muy fácil predicar, un verdadero gozo. Cualquiera lo haría bajo esas condiciones. 

¿Y cuál fue el resultado? 

Recibimos mil cien miembros por conversión en tres años, seiscientos de ellos eran hombres. Se trataba del fruto del Espíritu Santo como respuesta a las oraciones de ellos. No veo cómo un pastor promedio bajo circunstancias corrientes pueda predicar.

»Los miembros de las iglesias tienen mucho más que hacer que solamente sentarse allí como expectadores curiosos y ociosos para entretenerse y divertirse. Su ocupación es la de orar poderosamente para que el Espíritu Santo cubra al pastor con poder y haga que sus palabras sean dinamita».

A.M. Hills en Pentecostal Light [Luz pentecostal]

No deje solo a su pastor. Él también necesita de su oración. El o ella oran por todos, pero te has preguntado alguna vez, quién ora por ellos. A veces estamos más listos a críticarlos que a orar por ellos.

Y dijo Moisés a Faraón: Dígnate indicarme cuándo debo orar por ti, por tus siervos y por tu pueblo. EXodo 8:9.

Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de Su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual. Colosences 1:9.

El Símil del Árbol

Escrito por Emilio Mateos


Hace mucho tiempo existía un enorme árbol de manzanas. Un pequeño niño lo amaba mucho y todos los días jugaba alrededor de él. Trepaba al árbol hasta el tope y el le daba sombra. El amaba al árbol y el árbol amaba al niño. Pasó el tiempo y el pequeño niño creció y el nunca más volvió a jugar alrededor del enorme árbol. Un día el muchacho regresó al árbol y escuchó que el árbol le dijo triste: "¿Vienes a jugar conmigo?" pero el muchacho contestó "Ya no soy el niño de antes que jugaba alrededor de enormes árboles. Lo que ahora quiero son juguetes y necesito dinero para comprarlos". -"Lo siento"-, dijo el árbol, -"pero no tengo dinero... Te sugiero que tomes todas mis manzanas y las vendas. De esta manera tú obtendrás el dinero para tus juguetes". El muchacho se sintió muy feliz. Tomó todas las manzanas y obtuvo el dinero y el árbol volvió a ser feliz. Pero el muchacho nunca volvió después de obtener el dinero y el árbol volvió a estar triste. Tiempo después, el muchacho regresó y el árbol se puso feliz y le preguntó: "¿Vienes a jugar conmigo?" "No tengo tiempo para jugar. Debo trabajar para mi familia. Necesito una casa para compartir con mi esposa e hijos. ¿Puedes ayudarme?"... " Lo siento, pero no tengo una casa, pero...tú puedes cortar mis ramas y construir tu casa". El joven cortó todas las ramas del árbol y esto hizo feliz nuevamente al árbol, pero el joven nunca más volvió desde esa vez y el árbol volvió a estar triste y solitario. Cierto día de un cálido verano, el hombre regresó y el árbol estaba encantado. "Vienes a jugar conmigo? le preguntó el árbol. El hombre contestó "Estoy triste y volviéndome viejo. Quiero un bote para navegar y descansar. ¿Puedes darme uno?". El árbol contestó: "Usa mi tronco para que puedas construir uno y así puedas navegar y ser feliz". El hombre cortó el tronco y construyó su bote. Luego se fue a navegar por un largo tiempo. Finalmente regresó después de muchos años y el árbol le dijo: "Lo siento mucho, pero ya no tengo nada que darte ni siquiera manzanas". El hombre replicó "No tengo dientes para morder, ni fuerza para escalar...Por ahora ya estoy viejo". Entonces el árbol con lágrimas en sus ojos le dijo, "Realmente no puedo darte nada... la única cosa que me queda son mis raíces muertas". Y el hombre contestó: "Yo no necesito mucho ahora, solo un lugar para descansar. Estoy tan cansado después de tantos años". "Bueno, las viejas raíces de un árbol, son el mejor lugar para recostarse y descansar. Ven siéntate conmigo y descansa". El hombre se sentó junto al árbol y este feliz y contento sonrió con lágrimas. 


Esta puede ser la historia de cada uno de nosotros. El árbol son nuestros padres. Cuando somos niños, los amamos y jugamos con papá y mamá... Cuando crecemos los dejamos... sólo regresamos a ellos cuando los necesitamos o estamos en problemas... No importa lo que sea, ellos siempre están allí para darnos todo lo que puedan y hacernos felices. Tú puedes pensar que el muchacho es cruel contra el árbol, pero es así como nosotros tratamos a nuestros padres...Valoremos a nuestros padres mientras los tengamos a nuestro lado y si ya no están, que la llama de su amor viva por siempre en tu corazón y su recuerdo te dé fuerza cuando estás cansado...


El que ya no los tiene, daríc auqluier cosa por verlos de nuevo, o apenas escucharlos. Si tú los tienes, aprovéchalos!

martes, 23 de agosto de 2011

El Abogado

Hace algunos años me llegó un correo electrónico lo suficientemente profundo como para compartirlo. Así que lo traje a fin de que usted también se gozara leyéndolo. ¿Sabe que tiene un abogado? He aquí el texto que ignoro su autoría, pero sé que lo va a compartir…
Después de haber vivido “decentemente” en la tierra, mi vida llegó a su fin... Lo primero que recuerdo es que estaba sentado sobre una banca, en la sala de espera de lo que imaginaba era una sala de jurados. La puerta se abrió y se me ordenó sentarme en la banca de los acusados.
Cuando miré a mi alrededor, vi al fiscal, quien tenía una apariencia de villano y me miraba fijamente, era la persona más demoníaca que había visto en mi vida. Me senté, miré hacia la izquierda y allí estaba mi abogado, un caballero con una mirada bondadosa cuya apariencia me era familiar... La puerta de la esquina se abrió. Su presencia demandaba admiración y respeto. Yo no podía quitar mis ojos de Él; se sentó y dijo comencemos.
El fiscal se levantó y dijo: -“Mi nombre es Satanás y estoy aquí para demostrar porqué este individuo debe ir al infierno. Comenzó a hablar de las mentiras que yo había dicho, de las cosas que había robado en el pasado, cuando engañaba a otras personas. Satanás habló de otras horribles cosas y perversiones cometidas por mí, y entre más hablaba mas me hundía en mi silla de acusados.
Me sentía tan avergonzado que no podía mirar a nadie, ni siquiera a mi abogado, y todo eso a medida que Satanás mencionaba pecados que hasta había totalmente olvidado. Estaba tan molesto con Satanás por todas las cosas que estaba diciendo de mí, también estaba molesto con mi abogado, quien estaba sentado en silencio.
Yo sabía que era culpable de las cosas que me acusaban, pero también había hecho algunas cosas buenas en mi vida, ¿No podrían esas cosas buenas por lo menos equilibrar lo malo que había hecho? Satanás terminó con furia su acusación y dijo: Este individuo debe ir al infierno, es culpable de todos los pecados y actos que he acusado, y no hay ninguna persona que pueda probar lo contrario, por fin se hará justicia este día.
Cuando llegó su turno, mi Abogado se levantó y solicitó acercarse al juez, quien se lo permitió, haciéndole señas para que se acercara pese a las fuertes protestas de Satanás.
Cuando se levantó y empezó a caminar, lo pude ver, todo su Esplendor y Majestad.
Hasta entonces me di cuenta porque me había parecido tan familiar, era Jesús quien me representaba, Mi Señor y Salvador. Se paró frente al Juez, suavemente le dijo: -“Hola Padre”, y se volteó para dirigirse al jurado, y dijo: -“Satanás está en lo correcto, al decir que este hombre ha pecado, no voy a negar esas acusaciones. Reconozco que el castigo para el pecado es muerte y este hombre merece ser castigado.”
Respiró Jesús fuertemente, se volteó hacia su Padre y con los brazos extendidos proclamó: -“Sin embargo, yo di mi vida en la cruz para que esta persona pudiera tener vida eterna; y él me ha aceptado como su Salvador. Por lo tanto es mío.”
Mi Salvador continuó diciendo: -“Su nombre está escrito en el libro de la vida y nadie me lo puede quitar. Satanás todavía no comprende que este hombre no merece justicia sino misericordia.” Cuando Jesús se iba a sentar, hizo una pausa, miró a su Padre y suavemente dijo: -“No hace falta hacer mas nada, ya yo lo he hecho todo”.
El juez levantó su poderosa mano, y golpeando la mesa fuertemente, las siguientes palabras salieron de sus labios: -Este hombre es libre, el castigo para él ha sido pagado en su totalidad, caso concluido. Cuando mi Salvador me conducía fuera de la corte, pude oír a Satanás protestando enfurecido: No me rendiré jamás, ganaré el próximo juicio.
Cuando Jesús me daba instrucciones hacia donde me debía dirigir, le pregunté: -¿Ha perdido algún caso?
Jesús sonrió amorosamente y dijo:
-“Todo aquel que ha recurrido a mi para que lo represente, ha obtenido el mismo veredicto tuyo: Pagado en su totalidad”.

El Gran Yo Soy

Escrito por Juan Valles




No puedo imaginar a unos judíos reaccionar como reaccionaron éstos. Aunque la Biblia me dice lo que intentaron hacer, no me puedo imaginar sus rostros. ¿Será odio? ¿Será impotencia? Inflamados por lo que oían estaban lejos de comprender el mensaje. Se toparon con Aquél que creó todas las cosas, pero vestido como uno de ellos. Se toparon con Jesús. Pero hay algo paradójico en todo esto: eran judíos que habían creído en él, ¿y con éstos se desató semejante debate? Juan nos dibuja la escena: “Les dijo, pues, Jesús: Cuando hayáis levantado al Hijo del hombre, entonces conoceréis que yo soy (Jn 8:27). Esto es una profecía que muestra su Identidad. Cuando Jesús sea levantado sabremos que Él Es. ¿Qué significa “Yo Soy”? Todo el contexto nos muestra a Jesús hablando de su filiación divina, sin cesar de hacer mención de su única relación con el Padre. El verso 29 nos crea un leve problema: “Al hablar él estas cosas, muchos creyeron en él.” ¿Es problema que crean en Él? No. El problema es que los que creyeron en él fueron los que discutieron con él, a tal punto que quisieron apedrearle. Así somos los humanos.

De ahí en adelante comienza lo impredecible. Jesús comienza a mostrar sus exigencias, y las mismas que les declara a ellos nos las dice a nosotros: “Si vosotros permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres. (v. 30,31)

La actitud de los judíos debió ser de completa aceptación ante Jesús, y confiar a su palabra. Pero no les gustó lo que dijo Jesús, y no entendieron la libertad a que Jesús les llamaba. No creían que eran esclavos de nada ni nadie, y respondieron: “Descendientes de Abraham somos y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: "Seréis libres"?

De ahí parte el conflicto: unos hombres orgullosos que no entendieron la Palabra de Salvación frente a Dios. Los hombres pueden gritar y hacer lo que les parezca, pero Dios es Dios, y no se retracta. ¿Le parece familiar esta escena? ¿Se ha visto usted en la misma situación al no comprender a Dios y acusarle? Todo el contexto muestra un debate entre la identidad de Jesús y sus reclamaciones y la concepción de Dios de los judíos que habían creído en él. El punto culminante de todo esto llega en el verso 56 cuando Jesús se aproxima a estallar la bomba sobre su identidad. Aquí les dice: “Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó.”

Con esto Jesús llevaba los pensamientos de los judíos a lugares no habitados por ellos; y respondieron a las primeras. Jesús, al ver que no entendieron, fue más explícito: “De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.” (v.58).

Hasta aquí llegó todo. Es preciso hacer un alto. Se detuvieron los pastores que paseaban a lo lejos. Los niños judíos que jugaban se detuvieron de pronto. La madre hija que venían de buscar agua corrieron apresuradamente. Alguien volteó la mirada adonde yacen las piedras más grandes. La brisa dejó de soplar y pronto los judíos comenzaron a sudar en sus frentes. ¿Por qué? La palabra que Jesús usa aquí es el griego “eimi” que significa “ser”, pero es una palabra donde el tiempo no interviene, y significa literalmente que siempre ha sido, siempre es, expresando eternidad y la absoluta Deidad de Cristo. No hay un momento en que Jesús haya comenzado a ser, pues siempre ha sido, es eterno. En Hebreos se nos dice que “Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos.” (Heb 13:8) Es la misma expresión con que Jehová se reveló a Moisés en Éxodo: “ Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY". Y añadió: -Así dirás a los hijos de Israel: "Yo soy me envió a vosotros". (Ex 3:14) En otras palabras, Jesús les dijo que era lo mismo que el Jehová que le habló a Moisés!

Por eso, aunque me esfuerce en intentar imaginar la reacción de los judíos, no puedo. Las declaraciones de Jesús fueron determinantes, y tanto, que lo único que pudieron hacer estos judíos fue que “Tomaron entonces piedras para arrojárselas” pues estaban listos en ejecutar la ley por blasfemia (ver Jn 10:31).

Es posible que no entendamos a nuestro Dios. Es posible, como se ha visto tantas veces, que en nuestro error tratemos de justificarnos ante el Señor alegando quienes somos sin importar lo que diga Él de nosotros. Jesucristo es el Gran Yo Soy, es el Alfa y Omega, el Todopoderoso. No rechacemos pues las exigencias de Aquél que nos amó hasta lo sumo. Nunca sabremos más que Dios. Y el carácter de su nombre nos debe dar la confianza necesaria para saber que sigue siendo como siempre ha sido, que nunca dejará de tener misericordia de nosotros. Dejemos pues, que haga en nosotros, lo que hizo con los apóstoles... es el mismo Dios.


El ejemplo del Mejor Amigo

Escrito por Juan Valles |




Ahí está, como un cuadro en una galería. Todos lo vemos, y muchos han hablado de lo que le hizo a su mejor amigo. Él sabía quien era Jesús, y sabía que nunca conocería a nadie igual. Jesús era lo mejor que le había pasado, era su mejor amigo. Y aun así, lo negó… tres veces!
No se sorprenda: Jesús no se sorprendió. ¿Se puede imaginar lo que pensó el Salvador luego de la tercera negación? Vamos a vivirlo un poco citando las escrituras: “El Señor se volvió y miró directamente a Pedro. Entonces Pedro se acordó de lo que el Señor le había dicho: "Hoy mismo, antes que el gallo cante, me negarás tres veces.” Y saliendo de allí, lloró amargamente.” (Lc. 22:61,62 NVI) ¿Lo notó? Hay algo en ese texto que resalta mucho: “El Señor se volvió y miró directamente a Pedro”. ¿No me puedo imaginar lo que pensó Pedro. En mi corazón puede que no exista la angustia y la amargura de Pedro. Y para contemplar la capacidad de traición que tiene el ser humano basta con mirar a Pedro traicionar a su mejor amigo. Tres veces: “--Muchacha, yo no lo conozco.” (Lc. 22:57). “-¡No, hombre, no lo soy!” (V.58). “--¡Hombre, no sé de qué estás hablando!” (V.60) Uno: no conocía a Jesús. Dos: no es el que estaba con el Señor; y tres: No sé de qué hablas, debes estar loco!

Eso lo hizo Pedro a su mejor amigo. Pero no es Pedro el personaje central, es usted, yo, todos. ¿Recuerda la última vez que negó a su mejor amigo? Puede que no haya negado estar con Jesús, y puede que ni siquiera niegue lo mucho que predica, pero ¿no ha faltado? Una negación es grave porque a veces hace creer que la persona a quien negamos es poca cosa para estar con nosotros, o no llega a nuestro estatus. Y eso no es lo peor. Jesús sabe que nosotros no podemos llegar a su estatus, y aun así nos anhela, sabiendo que somos pecadores murió por nosotros. Cristo sabe lo que hay en el corazón humano: sabía perfectamente de la negación de Pedro antes que ocurriera. Sabía perfectamente que Judas lo entregaría. Sabía que todos se escandalizarían de él y le dejarían solo. Sabía de aquél que se iría temprano de la oficina para engañar a su esposa, o de aquél que hace tratos ilegales con sus clientes; sabe incluso de ése que este viernes planea ampararse en unas copas y mujeres que se prostituyen. Cristo sabe de la mentira que acabas de decir, o del pensamiento que hace apenas segundos cruzó tu mente y lo dejaste hacer nido. Y aun así no nos deja de amar. 

Pero si quiere saber cómo termina la historia, no puede dejar de ver a Jesús interesándose por Pedro. ¿Recuerda que Pedro salió corriendo a llorar amargamente? Esa fue la última vez que se vieron las caras antes de morir el Señor. Pero Dios se interesa tanto en sus amigos que no puede esperar para hacer saber cuánto ama. Marcos nos cuenta que las mujeres que fueron a ver el sepulcro vieron a un joven, sentado al lado derecho, e impaciente por dar las buenas noticias: “Pero id, decid a sus discípulos, y a Pedro, que él va delante de vosotros a Galilea…” (Mc. 16:7 RV60). Si usted ha sentido ganas de dejarlo todo por una falta cometida mire a Jesús llamando a Pedro: “y a Pedro”. Si usted cree que por el hecho de faltarle a Dios ya estará excluido del grupo de amigos del Señor, mire a Jesús integrando a Pedro: “decid a sus discípulos, y a Pedro…”. Dicho de otra manera: díganle a todos, y en especial a Pedro!

Si usted quiere ver el mejor ejemplo de lo que significa ser amigo de alguien mire a Jesús. Y el reto de amistad más grande que usted pueda apreciar es éste: “que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.” (2Cor 5:19)

Pedro le faltó a su mejor amigo, y así lo han hecho Jaime, Luis, Aníbal, José, Juan, Clara, Josefa, Gloria, etc, etc, etc,… usted y yo. ¿El ejemplo de Dios? Perdonar. Si usted tiene un amigo que le ha fallado perdónelo. Y si usted le ha fallado al Mejor de los Amigos, no dude en buscarle, que Dios no dudará en tener misericordia.

Es la actitud de Dios. Y debe ser la nuestra.

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